tierra
EL RECUERDO DEL BARRO, NUBLA EL PRESENTE EMBARRADO
Son los años 60, casi desde la cuna y desde muy pequeña, cuando apenas nadie lo hacía
su interés por experimentar y recorrer mundo, se hace presente;
polifacética donde las haya; aprendiz de todo, maestra de nada;
unas veces a la altura y otras en medio del barro….
Desde siempre tuvo cierta aversión a la arena, a la tierra, a los barros.
En tanto los niños disfrutan haciendo castillos en la playa, ella siempre tuvo estupor por el simple contacto.
En tanto los niños se manchan comiendo, ella desarrolla la habilidad con los cubiertos,
escasamente la pinza entre el pulgar y el índice discretos.
Y es que…. no lo soporta. No soporta mancharse ni que los demás lo hagan.
Siempre atraída por y admirando las manos del otro, como única carta de presentación, las manos limpias.
Y es en el presente que decide no estar a la altura del barro, ni siquiera en medio sino en contacto con él,
borrando las sombras del recuerdo que lo han nublado.
Hoy hace un intento por moldear ese barro, eliminar la aspereza a la palabra que ya de por sí, lo es;
expresar la creatividad al margen de formas estables para finalmente opinar que
sólo es su arte.
Agradecida por la fuerza transmitida a las manos obviando la sombra que la acechaba, agradecida a la vida por dejarse moldear.
Share this:
Esta entrada fue publicada en Mis reflexiones, Uncategorized y etiquetada como arena, arte, aspereza, aversión, barro, cerámica, creatividad, embarrar, fobia, forma, limpieza, manos, marchar, modelar, moldear, nublado, nublar, sombra, soportar, tierra.